19 Jun Descubre verdaderamente de qué material estás hecho. No dejes dormido tu potencial.
Un niño cuando nace llega al mundo con todo su potencial, no es cuestionado, lo esperan con alegría y ansias, es recibido en muchos casos con gran felicidad. Nadie piensa en ese momento ¿quién es ese niño a niña? ¿qué llegará a hacer? ¿cuáles son sus dones? ¿qué talentos traerá consigo? ¿qué podríamos hacer para ayudarle a crear felicidad?
Lo cierto es que todos venimos puros, me atrevo a decirlo haciendo referencia a que nada externo nos ha tocado todavía, aunque la ciencia confirma que ya desde el momento de la concepción somos estimulados por el entorno. En el transcurso de los años otros van decidiendo por nosotros y se va conformando nuestra personalidad con valores, creencias que nos han transmitido y experiencias que hemos vivido.
Absolutamente todo nos condiciona y en plena adolescencia se nos exige socialmente que tenemos que ir pensando qué destino nos queremos construir y comienzan las interrogantes sobre qué queremos estudiar o trabajar, porque lo necesario en la vida es tener un trabajo, una casa y un hogar. Ciertamente, son importantes para vivir y mantenernos porque estamos en un mundo material, pero qué sucede dentro de la mente y el corazón de esa persona que apenas comienza a enterarse que la vida está llena de responsabilidades y compromisos. Seguimos unas pautas, unos lineamientos y así configuramos el futuro y en muchas ocasiones queda dormido el potencial.
Gran cantidad de personas viven siendo copias impresas de sus padres, repitiendo patrones, haciendo las mismas cosas, incluso estudiando las mismas carreras, ejerciendo los mismos trabajos o planteándose las mismas metas. Y no es que esté mal, la pregunta sería ¿es realmente eso lo que quieren para sus vidas? Soy una convencida que “son nuestras creencias la que determinan nuestra historia” En mi trabajo algunas veces se da la casualidad que atiendo a personas que vienen a que les ayude a solucionar los mismos problemas, veo claramente como teniendo las mismas circunstancias cada una actúa antes ellas de manera distinta y es su crianza, las enseñanzas de sus padres o familia y sus experiencias de vida las que las han definido e influenciado en sus elecciones o toma de decisión ¡Mismas situaciones, actitudes diferentes!
En todo este proceso llamado vida hay etapas donde la gente se va metiendo en un carril dejando de lado sus sueños o muchas veces los ponen detrás de sí y continúan su viaje como si eso que en algún momento han deseado ya no se puede lograr. El carril de los “debe ser así” y de las “satisfacciones inmediatas” van mermando muchas veces el potencial de la gente y ocurre que nunca llegan a conocer qué podrían haber conseguido más allá de sus rutinas, o sucede que, cuando llegan a una edad más madura surgen algunas crisis y dicen que no saben qué hacer ni encuentran algo que les motive.
Yo soy muy insistente con respecto a la importancia de evaluar cómo va nuestra vida, porque sí o sí en algún momento llega el planteamiento y te encuentras diciendo y ¿ahora qué hago? Bien sea porque alguna situación te empuje a que lo hagas o sean tus mismas circunstancias las que te abrumen y te lleven a preguntártelo. Si apartas ese espacio para pensar en ti, reflexiona sobre ¿qué te gustaría hacer más allá de tus obligaciones? ¿qué cosas te gustaban de pequeño que en el transcurso del tiempo dejaste de hacer? ¿qué cosas solías hacer bien y no las hiciste más? ¿qué te daba felicidad y dejaste de hacer? ¿qué te gustaría aprender? ¿cuáles son tu talentos? ¿cuáles son tus dones? ¿ en qué crees que eres bueno? ¿qué te dice la gente sobre tus atributos? ¿qué capacidades y habilidades tienes? ¿ qué te gusta de lo que la gente dice de ti? ¿qué te gustaría aprender en algún momento? ¿qué le da alegría a tu corazón? ¿en qué momento has sentido más pasión por la vida? y si ese no es el caso (porque hay personas que no lo han sentido) ¿cuáles son las cosas que tú haces que te hacen sentir bien? y sinceramente piensa ¿en qué eres bueno y qué te es fácil hacer, que no implica esfuerzo para ti? ¿ qué te es fácil aprender? Todas estas preguntas pueden ayudarte a despertar ese potencial dormido dentro de ti.
La mejor forma de conocerte es preguntándote y reflexionando sobre tu presente y qué es lo que te ha traído hasta él, y a partir de allí, plantearte expresar lo mejor de ti para construir un futuro que te inspire, alegre y motive. Que ese futuro que comiences a construir hoy, sea porque lo has elegido tú y no porque las creencias de otros lo han determinado.
Dentro del poder que tienes está el “gran poder de elegir” y para elegir bien tienes que conocerte bien, aceptarte, mejorar lo que haya que mejorar y a partir de esa consciencia adquirida avanzar. Es necesario apartar todas aquellas creencias y prejuicios que ya no te sirven y comprometerte a revelar todo esas posibilidades que habitan dentro de ti y que están a tu servicio para vivir más plenamente.
Muchas personas creen que ya no pueden aprender algo, que ya es tarde para hacer lo que les gusta, que nunca encuentran un momento para hacer lo que tienen pendiente, pero ¡si muchos han demostrado que si se puede! Seguramente, tú has hecho cosas que nunca pensaste que las harías, recuerda alguna. O probablemente, estás haciendo cosas que no imaginabas que podías hacerlas y ¡ahí estás! Esto te demuestra que puedes elegir lo que quieras, sólo que algunas veces eres más consciente de esas elecciones porque tienes que racionalizar y pensar cuando existen varias opciones a la vista, pero la mayoría de las decisiones que tomas o caminos que eliges te informo que son inconscientes y están determinadas por toda la influencia que has tenido hasta ahora.
Descubrir tu potencial te hará vivir a plenitud, te dará alegría, sentido a tu vida y llenará de satisfacciones. Es cuestión que te tomes un tiempo para ti, lo pienses y elabores nuevas estrategias, que aprendas lo que decidas aprender y reconozcas todo lo que tienes dentro de ti y ¡te pongas a ello!
Todo absolutamente todo comienza con un pensamiento que te hace tomar un decisión y pasas a la acción y lo acabas ¡haciendo! Para todo ¡funciona igual! Aclara tu pensamiento, toma una decisión, actúa y ¡hazlo! No dejes pasar la vida sin descubrir verdaderamente de qué material estás hecho, no dejes pasar la vida sin saber de qué eres capaz, no dejes pasar la vida sin expresar el maravilloso ser humano que eres.
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